Damon regresó a su habitación luego que algunos se fuesen de la mansión. Aún podía oír algunas voces provenientes de la planta baja de la mansión. No les daba importancia a lo que hablaban. Él tan solo se desvestía con calma y con deseo de darse una ducha relajante, lo único que no se quitaba era su anillo solar el otro, el talismán que “Hannah” le había obsequeado (de cierta forma). Fue al baño de su habitación, desnudo completamente e ingresó a la ducha.
El agua cristalina y tibía fluía cayendo por su cabeza, cuello y torso. Refrescando cada rincón de su cuerpo. Relajándolo. Tal fue la relajación que cerró sus ojos, mantuvo una de sus manos apoyada contra el cristal que rodeaba la ducha, reposando parte de su peso sobre el mismo.
Los últimos días había estado teniendo unos sueños extraños, como si fuesen memorias de alguna vida pasada, o suya o.. no estaba seguro de que se trataba. Solo era imagenes de batallas, de cosas extrañas y ese dolor.. ese intenso y agudo dolor en el abdomen, como si algo lo atravesace se hacía cada vez más frecuente y cada vez más notable.
Algo no andaba bien, era evidente. ¿Pero que era?
[Flashback.] Grecia hace 2900 años.
La belleza de Grecia, las jovenes Valerious llevaban allí un par de meses, disfrutando de los paisajes del país. Habían dejado atrás su tierra natal en Egipto. Pese a que había costado aquello, lo hicieron.
La noche había caido. Un festejo para los Dioses era llevado a cabo en una de las villas más hermosas de la vieja ciudad de Calcis. El ambiente jovial, la comida, la música tradicional, los bailes. Todo era perfecto.
El joven Daggeron, un Guardia del Palacio Real, estaba en el jorvorio del festejo, junto a su mejor amigo y casi hermano de la vida, Alexander.
Llevaban horas allí, divirtiéndose, coqueteando, siendo tentados por cuanta doncella se cruzace con ellos. Cedían por momentos pero se mantenían centrados.
Una mirada. Una simple y única mirada llamó la atención de Daggeron. Unos ojos chocolate intenso llamaron la atención del hombre, pudo ver como estaban fijos en él, como sus labios carmesí apenas esbozaban una pequeña sonrisa tímida al verlo.
Él hizo un ademán para acercársele, ella corrió la vista. Daggeron siguió su curso hacía la mujer. Cuanto más se acercaba a ella. Más bella le parecía. Su figura, sus razgos, era asemejable a una Diosa.
- Milady.. -Decía Daggeron a medida que hace una leve reverencia con la cabeza, la cual era correspondida por la doncella.-
- Mi señor... -Ella mantenía su tenue y tímida sonrisa en sus labios, con la mirada gacha y luego de unos segundos volvió a levantarla para fijar sus ojos chocolates en los ojos azul marino de ellos.-
- Nunca la había visto por aquí...¿Como es posible? - Preguntaba el hombre de forma curiosa.- Siquiera eh oído su nombre.. .-Tomando la mano de la joven y posando un dulce beso en parte superior de la misma. -
- Llegue hace poco, junto a mi hermana.. -Sonrojándose levemente ante el beso, sin quitar su vista de él.- Thaís.. Valerious.
[Fin flashback]
Pasaron un par de minutos. El agua cesó de caer; Damon salió de la ducha tomando la toalla y rodeándose la cintura con la misma, dejando la puerta abierta de la ducha, se paró frente al mueble de baño que estaba bajo el gran espejo, buscando algo que no encontraba. Se resigno y volvió a ponerse de pié, rumbo a la inmensa habitación. Hubo un instante en el cual se freno al ver una figura sentada sobre el borde la cama. Observándolo con una sonrisita pícara y divertida.
- ¿Como es posible que no te haya oído? -Preguntó Damon enarcando una ceja y escaneando a la joven allí sentada con la mirada. Ella se encogió de hombros.-
- Porque no quise que lo hicieras... -Simplemente replico ella.-
- ¿Que quieres.. “Hera”? - Repreguntaba el hombre a medida que avanzaba hacía ella.-
- Quería verte...-Fue tan simple como eso. Era real, lo quería ver a solas, sentirlo cerca de cierto modo.-
- ¿Por qué? - Se mantenía en su posición. Apenas pestaneó y ella en un acto rápido se puso frente a él.-
- Quería verte porque te extrañaba.. -Susurrándolo. Hera apenas acercó su mano para posarla sobre el pecho de Damon, la cual seguía con la mirada.- Nada ha cambiado...
- No lo hagas... -Musitó el vampiro con voz baja y algo ronca, levantando la mirada hacía el rostro de ella. Ese leve cosquilleo que surgía en la zona acariciada hacía que el latir de su corazón palpitase.-
- Pero es que.. -Replicaba ella con voz tímida y temblorosa, a medida que subía su mano por el pecho, cuello de modo suave y tentador, parando allí. Acariciaba con el pulgar la mejilla del vampiro.- Nada ha cambiado...te sigo queriendo...de la misma forma..
Musitaba ella manteniendo su voz baja, perdiendo su mirada en las facciones del hombre, subiendo, sin dejar de acariciar la piel del vampiro. Sabía lo que le provocaba con las caricias y el roce de la piel. Pero no le importaba a la bruja. Solo quería sentirlo, sentir lo que aún le podía provocar. Nada y todo había cambiado. Eso lo sabía mejor que nadie. Pero ella...ella sabía algo más.
- Primero.. Contestame una pregunta.. -Dijo Damon, casi como un susurro. Posando su mano sobre la de ella. La mujer asentó.- ¿Que fuimos en otra vida?
Sin vueltas, sin preambulos, sin nada. Damon estaba bastante seguro de que lo que había “soñado” desde que se convirtió, esas extrañas pesadillas, sueños y demás tenían un significado especial. Ahora que veía a Hannah tal cual era, a la verdadera Hera podía quizás..tan solo quizás conseguir una respuesta.
Hera, abrió los ojos grande al oír esa pregunta tan...peculiar.
- No se a que te refieres.. - < ¿Acaso lo sabe? ¿Como es posible que recuerde? > Trato de fingir que no sabía a que se refería. Pero a él no podría mentirle..no por mucho.-
- Sabes a lo que me refiero.. -Manteniendo clavados esos ojos azulados ahora medios opacos en el rostro de la mujer frente a él. .-
- Apenas..Si no me dices no se de que hablas.. -No quería parecer nerviosa. Pero su voz media temblante la delataban.-
- Solo dime que...que fuimos en otra vida. -Repitió el hombre, un tanto impaciente, nervioso y al mismo tiempo ansioso de la respuesta.- Solo dímelo.. -Con voz suplicante, al igual que su mirada parecía suplicarle una respuesta, y la milenaria mujer lo entendió.-
- Fuimos...-Francamente la mujer no tenía idea de como explicarlo pero, lo tenía que hacer.- ¿Seguro que quieres saber la verdad?
- Por algo te lo estoy pidiendo.. -Replico Damon.
Hera se apartó de él, girándose hacía el amplio ventanal de la habitación. Cerró los ojos un momento pensando. Quería armarse de valor para decirle lo que había sucedido entre ambos..muchos siglos atrás.
- Es complicado y no quería abombarte con eso.. -Susurraba la bruja mayor, con voz baja y tenue. El vampiro la seguía con la mirada, preocupado.-
- ¿Eras algo mío? -Intentando sacarle aunque sea un vistigio de lo que sospechaba que ella sabía. Vio como asentaba tenuemente.- ¿Mi...mi esposa? -Dudoso. - ¿Que nos paso?
Hera abrió de repente los ojos chocolates que poseía, lo miró de reojo asombrada esas dos preguntas ultimas que hizo. ¿Recordaba pedazos de la vida juntos? ¿O solo quería saber algo que no comprendería? No quería agobiarle con un pasado antiguo ni mucho menos, pese a que él quería saberlo.
- Solo dime.. -Pidió el vampirocalmadamente, a medida que se ponía tras Hera.-
- Eramos inseparables desde el primer momento, amor a primera vista...me condenaron a la eternidad de sufrimiento y tu...me seguiste en ese suplicio.. -La voz de la mujer parecía quebrasjarse lentamente. Damon tan solo la escuchaba.-
- Entonces...era nuestro destino estar juntos.. -Decía el vampiro entrecerrando uno de sus ojos, a medida que razonaba aquello.-
- Debías vivir para siempre...guíar al resto e intervenir cuando fuese necesario, pero optaste por dejar que la misma condena que nos “durmió” a mi hermana y a mi, te durmiese a ti también. -Explicaba ella, manteniendo su tono de voz.-
- Los sueños que he tenido...las pesadillas, las..ganas de tenerte junto a mi cada instante, todo eso era porque nos alejaron en otra vida.. -Camino unos pocos pasos para ponerse delante de la joven mujer y tomarle el rostro con su mano.- Thaís.. -Susurro acariciando la mejilla de ella. Hera levantó la mirada hacía él, asombrada por como la había llamado.-
- ¿Cómo..? -Sabía el cómo, Damon solo le sonrió tiernamente sin dejar de acariciar su mejilla.- Hacía tiempo que no oír mi propio nombre..
- Vas a oírlo más seguido, Thaís.. -Musitaba a medida que acercaba sus labios a los de ella, entreabriendolos dudosamente antes de besarla tiernamente.
Beso que fué seguido por la joven mujer, la cual poso su mano sobre el pecho de su acompañante y la fue subiendo como por un especie de camino que iba desde allí, por su cuello hasta su nuca, donde se detuvo, apegándose a él, mientras el vampiro la tomaba por la cintura y la pegaba contra su propio cuerpo, acariciando aquella zona muy suavemente.
Si era el destino el que los quiso juntos una vez y fueron las decisiones que tomaron las que los llevaron a esa maldición y a ser quienes eran hoy, no eran nadie para evitar repetir la historia (de cierta forma). “Un amor verdadero, jamás puede morir, jamás tiene un fin” fue algo que se dijo Hera una vez y que aún hoy se lo seguía repitiendo. Y ahí tenía su respuesta ante la creencia de las palabras.
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