Una vez que ambas mujeres dueñas de casa se tranquilizaron y dejaron sus peleas y “descargas de energía”, trataron de ver la forma de explicarle a la Sheriff el desastre que había dentro de la casa y quiénes eran ellas. Que, básicamente no era enemigas sino aliadas.. familia.
Hera se quedó parada entre la Sheriff y su hermana, la cual estaba recostada contra la pared. Cruzada de brazos.
- ¿Van a decirme que es lo que pasó? - Exigía la rubia mayor, pasando su vista de una a otra.-
- Nada que le incumba.. -Soltó de forma fría la mujer de ojos grises, llevándose la mirada reprendora de su hermana. La cual luego de unos segundos volvió a la Sheriff y de forma calmada dijo.-
- Lo lamento, señora Forbes, mi hermana.. -Viéndola de reojo y volviendo completamente a la rubia.-.. No esta pasando un buen momento ahora y necesitaba descargar su.. enojo. Es tan simple como eso.
- ¿Enojo? - volvió a preguntar la rubia, pensando en el desastre que había visto al entrar.- Mas bien diría que eso era ira para con la casa, no enojo.
- Ira, enojo, furia, frustración.. -Empezó a enamerar la híbrida.- Da igual..
- Deja de comportarte como una niña.. -Musito por lo bajo la hermana menor.- Podría ser enojo, pero no con la casa, sino que es su forma de calmarse. Romper algunas cosas..
- Drenando personas, creando desastre.. -Interrumpiéndola nuevamente con una sonrisa sádica en sus labios. Hera ladeo su vista y la fijo en ella.- ¿Qué!? -Pregunto haciéndose la tonta.-
- Paras por las buenas o paras por las malas, pero lo haces. -Advirtió por única vez, firme.-
- ¿Por qué estabas al lado de Isobel? - Intervino Elena. Estaba curiosa, le llamaba la atención la forma en la cual le había llamado.- ¿Por que la llamaste “Marilyn”?
La mujer de ojos grises rodó los ojos y contuvo una risita. Realmente le parecía raro que alguien preguntase algo así, pero, esta bien, la curiosidad y la compasión eran carácteristicas de ellas, más no de la mujer que allí estaba.
Luna soltó un suspiro pesado y resignado. Miro a Elena un tanto.. ¿Dubitativa? Si podría ser pero..estaba jugada, ya la había visto, lo menos que podría hacer es decirle quién era.
- Fui su madre hace décadas. -Simplemente soltó.-
- Hermana.. -Trato de decir Hera por lo bajo, pero su hermana le respondió.-
- Me vio en el bosque, merece que le diga. Llego la hora. -Con sus ojos en su hermana y volviendo a Elena, sin moverse de su posición.- Mi nombre fue Hillary aquella vez.. morí, me suicide, fin de la historia.
- Tu mandaste los medallones.. -Salió de los labios de la doppelgänger un par de segundos luego de un silencio que se había formado allí. La mujer solo asentó, manteniéndose callada- Querías protegernos..a ambas.
- Quería hacerlo.. pero alguien se olvido su talismán -Dijo de forma irónica y rodando los ojos.-
- ¡Luna! -Grito Hera por lo bajo a su hermana.- Hemos mandado talismanes a cada uno para protegerlos -Dijo la menor de las hermanas pasando su vista por cada invitada.-
- ¿Protegernos de qué? - Pregunto Caroline aún sin entender bien que estaba pasando o por qué las dos brujas los querían proteger.-
- De Decraine || Abraxas.. -Dijeron al mismo tiempo las hermanas, Luna media desganada y Hera más firme en su voz.-
- O también pueden decirle Charles Gold en Withmore.. -Apenas dijo Torie audiblemente, llevándose la mirada de las dos vampiresas más jovenes- .. No debí decir eso, ¿verdad? -Preguntó viendo a su madre. La cual solo suspiró, sin decir más nada.
El silencio recapacitador innundó momentaneamente el lugar. Torie se sintió rara al decir algo que, creía que quizás, tan solo quizás, le correspondía a su madre o su tía decir esa parte de Abraxas.
- Hay que ir a la mansión, explicarles a los demás esto.. -Dijo Elena recapacitando. Su instinto protector le hacía decir eso.-
- Has de estar loca.. -Murmuró Luna por lo bajo. La escucharon, era lo que quería..en parte-
- Viene de familia, querida hermana..-Murmuró irónica Hera, la cual se llevó la mirada fulminante de su hermana mayor.-
- ¿Pueden dejar de pelear y ayudarnos o lo que sea que quieran o deban hacer? -Pedía la rubia menor levantándo los brazos y bajándolos rápidamente.-
- Hagamos un trato.. -Comenzó a decir Hera tratando de ser lo más imparcial que se le ocurriese.- Iremos a la mansión a hablar con los demás e intentaremos todos juntos detener a Abraxas.. -Pasaba su vista de su “sobrina nieta”, la amiga de la misma hacía su hermana y regresaba a medida que hablaba.- ¿Pueden vivir con eso?
Luna asentó a duras penas. Rodó los ojos ironizando. Parecía como si hubiese apagado sus emociones en ese momento, como si le fuese la única forma de hacerle frente a lo que había pasado con Isobel.
Sabía que su hija la había ido a, de cierta forma , “reconocer” su cuerpo a una morgue. Esa experiencia jamás se puede quitar de la mente de una jovencilla como lo era en aquel entonces.
En una pequeña casa del bosque, Calypso caminaba de lado a lado, pensativa y un tanto nerviosa. Nunca se imaginó ser tan cruel con su hermana, pero sabía que se lo merecía. Nunca se imaginó a sí misma haciendo lo que hizo, pero lo hecho, hecho estaba.
Alguien la observaba, y la menor de las Valerious lo notó. Se giró rápidamente y al hacerlo, vio a una figura sentada muy tranquilo y natural en el sillón solo.
- ¿Qué te ocurre? - Pregunto de lo más tranquilo.
Su traje negro, camisa blanca y corbata gris, su cabello bien recortado y rubio platinado. Sus ojos demasiados claros estaban posados en la joven mujer. No era expresivo, no demostraba nada en su mirada, solo.. fríaldad. Incluso más que la de la propia hermana de la mujer que estaba delante suyo.
- La mate.. mate a la hija de Luna..
Fue lo único que Calypso pudo decir. Su voz temblequeó un poco al hacerlo. El hombre solo se limitó a abrir grande esos ojos tan grises y penetrantes, los cuales tomaron un brillo peculiar. Y como un reflejo inconsciente, una leve sonrisa ladina, muy tenue asomó por sus labios. No creyó que ella sería capaz de eso, pero lo hizo. Eso era un comienzo.
- Me siento orgulloso de ti, Calypso.. -Decía a medida que se levantaba de su lugar y se encaminaba hacía la mujer, a paso lento y calmo.-
- Ella va a matarnos.. A ambos. -Replicaba ella. Parecía aterrada de la posible reacción de su hermana.-
- Era lo que queríamos, mi querida. -Dijo él, ella ladeo la cabeza un poco, y fijo sus ojos caramelo en los de él.- Sacarla de quisio. Que su magia se descontrole como lo ha estado estas últimas horas.
Parecía feliz, orgulloso incluso de ello. Era lo que quería, siempre había querido que la magia de Luna se descontrolase como en las primeras décadas. Era necesario que así fuese. Era necesario para el plan.
- Pero.. Ella..
Calypso tartamudeaba, estaba nerviosa, al principio quería hacerlo, queria destruirla desde el primer instante y había estado de acuerdo en todo, pero no creyo que luego se sentiría así tan...tan...tan mal. Tan culpable de ello.
- Lo sé..Lo sé. -Decía él. La tomó por los hombros, serio.- Ella no va a lastimarte mientras yo esté aquí. -Dijo sincero, era de las pocas veces que podía sonar así.- Además.. es hora de poner en marcha nuestro plan.
- Un mundo libre, humano. -Prosiguió ella, un poco más confiada, tratando de sonreír.- Un mundo perfecto..
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