Reapareció a la vuelta de la esquina del Grill, obviamente precavida de que nadie la viese, lo que menos quería era ser descubierta antes de tiempo. Una vez en el sitio, y luego de asegurarse que no fue vista, avanzó hacía la entrada del Grill, sitio al que entró y avanzó hacía la barra, viendo de reojo los alrededores.
Se freno cuando en la barra del sitio vio a dos figuras, una de ellas muy verdaderamente reconocida por la mujer. Se quedo estática lo que parecieron una eternidad y cuando consiguió volver en sí, de cierta de forma, se sentó en la primer mesa que encontró, dejando sobre la misma una pequeña caja en tono azulmarino y con una conta lila recubriéndola.
Prácticamente no había gente a esa hora en el Grill, algunos almorzando, otros simplemente bebiendo algunas copas como ya era costumbre.
Una camarera se acercó con una anotador en mano y un bolígrafo en la otra, lista para tomarle le pedido, creyendo que la mujer venía a almozar. “Tiara” ordenó algo simple y antes de que la mesera se fuese, le tomo la mano en un acto veloz, la fijo su vista en la de la muchacha, la cual parecia hipnotizada por unos segundos. Cuando el transe momentaneo pasó, la joven tomo la cajita y se la llevo consigo.
Miss Black, corrió su vista al costado, corrió un pequeño mechón de cabello hacía atrás de su oído mientras esbozaba una pequeña sonrisa ladina, quería oírlo al recibir su.. ¿Obsequio? Si, podría ser tomado así pero, mas bien era su regalo de protección y afecto por él.
La camarera fue hacía detrás de la barra pasando por al lado de Matty-Blue, quién ya estaba allí listo para retomar su trabajo de camarero y barman. La jovencilla fue directo hacía donde estaban sentados bebiendo y charlando Rick y Damon, los cuales al ver acercarse a la chica, corriendo la vista y la clavaron en ella a medida que la misma dejaba el paquete delante de sus copas.
- ¿Y esto qué es? - Pregunto Rick pasando su vista del recien puesto paquete hacía la muchacha. Ella se quedo en silencio unos segundos y luego dijo.-
- Es un obsequio de protección de parte de Hannah..Para ambos.
Parecía en transe momentaneo, Rick y Damon tenían su mirada y el ceño fruncido, confundido, de hecho. Acaso.. ¿Había dicho que Hannah se los había mandado? No, eso no podía ser, excepto..claro, la nota. Todo parecía concordar.
La muchacha se giró un poco y fue hacía la parte trasera, seguida por la mirada Matt quién aún estaba confundido por su “actuación”.
Damon tenía los labios y ceño fruncidos, sus ojos entrecerrados, siguiendo con la vista a la muchacha, la cual, cuando la perdió de la misma, fijo sus ojos azulmarinos en la pequeña caja que se hallaba delante suyo. Levantó su vista y miró a su amigo, el cual también estaba confundido, aunque tomo la caja entre sus manos y tiró de la pequeña cinta que lo rodeaba, quito la tapa y vio un anillo con una “D” puesta hacía arriba y otro con una “A”.
Parecían dos anillos solares, pero.. entre medio de ambos anillos había una pequeña tarjeta con una nota, la cual, Rick tomó y la leyó.
- “Se que no van a creer que yo les envié estos obsequios, pero así es. No son anillos solares si es lo que pensarán primero, pero se equivocarán, son talismanes especiales. Protegen el Alma de todo control, sea lo que sea. Prometo que le llegarán a todos, pero ustedes fueron los primeros en obtenerlos. Pronto nos veremos... si pueden reconocerme tal cual soy.. H.L - H.V“
Ok, eso si que era realmente extraño. Y demasiado. ¿Hannah, cuidándolos? Bien, podría ser que fuese una broma o alguien en nombre de ella, pero..¿Quién?. Miles de ideas pasaban por la mente de Rick, aunque no era la primera vez que esas siglas aparecían, anterior nota en el bosque, de parte de la “falsa Isobel”. Pero no era ella..
- ¿ “Si pueden reconocerme..”? - Repitió Rick bajando un poco la nota y viendo a su amigo, quién parecía solo...pensar-
- Hannah, Hannah, Hannah.. -Repetía mientras tomaba el anillo con la “D” puesta en oro.- ¿Quieres jugar? Jueguemos.. -Acto seguido, se coloca el anillo en la mano izquierda, en donde se supondría que debería ir un anillo de bodas. Nunca lo perdió de vista.- Póntelo Rick.. si es de ella.. hay que confiar -
Levantando la vista hacía su amigo, quién asentó a duras penas y tomo el anillo con la “A” y se lo colocó en el dedo del medio de su mano derecha, ya que en la mano contraria y mismo dedo tenía su anillo solar.
Un par de mesas lejos de ellos, la joven Black los oía hablar. Por poco suelta una risita al oírle decir a Damon que iba a jugar su juego, pero eso la delataría y no quería eso. No aún.
Quería pasar desapercibida lo más que fuese posible, lo necesitaba. Aunque eso no quitaba que en algún momento tuviese que decirlo. Eso se veía muy lejano.
Algo quitó su concentración de su amor y el amigo del mismo. Alguien que ingresaba al Grill y que se freno al verla. “Tiara” clavó su mirada en ese sujeto, el cual, se dio media vuelta para volver a irse, mientras Matt se acercaba hacia la mesa de la mujer.
- ¿Tiara? - Pregunto al ver que parecía no reaccionar.- Tiara.. - Volvió a decir. Solo ahí la mujer reaccionó y lo miro confundida.-
- ¿Qué? ¿Como? -Confundida.- Ah hola Matt..Lo siento.. ¿dijiste algo? -Apenada.-
- Te pregunte si estabas atendida o querías ordenar algo. -Con sus ojos azules entrecerrados, notando que algo andaba mal.- ¿Estás bien?
- Si, si es que.. -No le gustaba mentir pero..esta vez era necesario.- llamo mi hermana..problemas familiares y debo irme.. -Agachando la mirada hacía donde estaba su bolso y tomándolo.- Y yo que pensaba almorzar tranquila.. -Levantándose-. Ya debo irme.
- Que pena.. -Sintiendo algo de lástima por ella, de cierta forma.- Vuelve cuando quieras y.. que se solucione.
- Muchas gracias, Matt.. -Dijo la mujer yendo hacía la puerta, casi corriendo.-
Ella que lo estaba disfrutando, escuchando su voz, esperando. No, tenían que irrumpirle la calma y la paciencia. Una vez fuera del Grill, pudo disipar a la misma figura que había evitado ingresar a aquel sitio al verla.
Fue tras y lo persiguió hacía una de las calles traseras al bar, era un callejón sin salida, el extraño estaba confuso y parecía incluso temeroso. El pánico se apoderó de él al ver que no tenía escapatoria alguna y cuando se giró, vio a la mujer parada tras él, de brazos cruzados, su cabellera negra con algunos ligeros tonos rojizos que resaltaban con el sol del mediodia se hallaba allí, dando leves pasos hacía el hombre. Quién comenzó a murmurar cánticos travellers como para debilitarla.
- ¿Sabes que eso no podrá conmigo, verdad? -Preguntaba capciosamente.-
- jery ak kazem.. rat me aram zara.. -Repetía una y otra vez el hombre. Hera rodó los ojosy a hipervelocidad lo tomó del cuello y lo llevó contra la pared, acorralándolo con el ante brazo en su cuello, cortándole así un poco la respiración.-
- No puedes hacerme nada con esos viejos conjuros.. soy una de las Originales.. -Decía a medida que apretaba un poco más.- ¿Quién te envió.? - Parecía que no se quebraría.- ¡¿Quién te envió?! -Re preguntó la mujer un tanto fúrica.-
- ¡Decraine! -Respondió el hombre casi con una hilo de voz, asustado. Hera abrió grande sus ojos.- ¡Él me envió a matar a Salvatore y sus allegados! -Terminó confesando.-
- ¿Desde cuando tienes control de este cuerpo? -Pregunto viéndole directamente a los ojos.-
- Que te import...-No pudo terminar la frase porque la mujer le presionó un poco el cuello, no le quedo otra que responderle como debía.- Desde hace días..
- Bien.. entonces vamos a curarte..-Dijo con voz suave.- ¿Quieren que sea la cura? Bien, voy a ser la cura... de lo que yo quiera curar..
Dijo y acto seguido, se llevó la muñeca libre a sus labios, mordió su piel y luego lo forzó a que bebiese su sangre. Segundos luego, lo retiró y lo dejo caer al suelo. Nunca lo perdió de vista, siquiera cuando comenzó a convulsionar, sus ojos se cerraron fuertemente y su voz no salía, no podía ni gritar. Parecía como si estuviese entrando en shock y muriendo lentamente, pero no.
La sangre de Hera curaba mas de lo que cualquiera podría creer. Era capaz de quitar almas “indeseables” de un cuerpo, era capaz de dar vida en muerte, era capaz de todo lo que quisiese y más.
Los ojos se abrieron de un momento a otro. Los cuales parecieron dos agujeros negros y se mantuvieron así un par de segundos. De pronto se volvieron a cerrar y el hombre quedo allí, inconsciente, tirado en el suelo.
Pero no quedo allí, Hera levantó su vista un vio un “alma” allí parada, era el verdadero rostro del Traveller con el cual había estado hablando. El hombre no tenía idea de que estaba sucediendo, usualmente se pasaba a otro cuerpo o directamente aparecía cerca del Ancla y pasaba hacía el Otro Lado, pero ahora no sucedía eso.
- ¿Que sucede? - Pregunto confundido el joven hombre.- ¿Por que no voy hacía el Ancla? -Sin entender que sucedía.-
- Por mi.. -Simplemente dijo Hera.- Como ya dije.. voy a curarte.. liberarte de esto. No vas a ir al Otro Lado..Fue un placer haberte conocido, Sean..
Simplemente dijo sonriéndole de una forma extraña para lo que era realmente ella: la dulzura, la vida, la calma. No, esta sonrisa demostraba la naturaleza real de la mujer. Con voz suave y baja repetía una y otra vez «Phasmatos Vector In cadite Mors Tribum Nas Levam Cruzamox Amanus! Tribum Cruzadex In cadeit Marers..!».
A medida que lo decía, el Traveller comenzaba a temblar, su “piel” parecía traspasar por varios tonos de blancos y grises y.. era algo increíble de ver. De pronto, unas flamas rodearon al alma Traveller y lo incendiaron. Gritaba, gemía, pedía que parase, pero Hera, ella no pararía, mucho menos cuando le confesó que iba a matar a Damon.
Ella podría ser la “hermana buena” pero si tocaban lo que mas amaba, era capaz de ser muchísimo peor que su hermana, pero ella decidía y elegía no serlo. Al menos no mientras no tocasen lo que amaba.
Pasaron unos escasos minutos y el alma terminó de calcinarse, quedando solo polvo de ello cayendo al suelo. Hera nunca lo perdió de vista, pero estuvo tan encarnizada observando eso que no notó que alguien la estaba viendo.
Bonnie estaba parada a un par de metros de allí, viendo lo que sucedía. Sin caer en lo que sus ojos veían y no entendía como alguien era capaz de algo así, algo tan poderoso como calcinar un alma, ella como Ancla podía verlos pese a todo.
- ¿Como lo hiciste?
Pregunto Bonnie sin caer en consciencia de ello, solo ahí Hera apenas puso de perfil su rostro y notó la presencia de la bruja Bennett.
Su corazón comenzó a palpitar y del pánico, una bruma la recubrió y la ayudo a desaparecer de allí, dejando a una Bonnie confundida ya que nunca había visto una magia tan peculiar como la de esa mujer. ¿Era bruja? Al parecer si, pero ¿Que clase de bruja? Eso daba pánico.
A un par de cuadras del centro del pueblo, Isobel se había instalado en una casa grande para ser solo ella quien viviese allí. Estaba ordenando sus cosas a gusto y “retomando” de cierta forma su vida como media vampira, media humana. Algo extraño pero, era lo que se ganó por volver del Otro Lado, mejor dicho, escaparse por una grieta del Limbo Supernatural y arrastrar consigo a su ex-esposo.
El timbre sonó, la mujer dejó unos segundos lo que estaba haciendo para escuchar bien. El timbre volvió a sonar así que a la mujer no le quedo otra que atender.
Fue a velocidad vampira hacía la puerta y la abrió rápido. Era el cartero, pero...no lucía como cartero. Claro a menos que fuese directo.
- ¿Isobel M. Flemming? - Pregunto con una pequeña caja de color turquesa con una cinta azul francia rodeándola. Isobel asentó.- Esto es para usted -Pasándole la caja. Ella la toma y lo queda viendo desconfiada.-
- ¿No debo firmar algo, mon cher..? - Pregunta sosteniendo su “obsequio”.-
- No madame, me ordenaron entregarlo en mano, sin firmas, sin pruebas. -Simplemente dijo.- Que tenga un buen día. -Haciéndole una leve reverencia con la cabeza y girándose para irse.
Isobel se le quedo viendo mientras se iba caminando como si nada. Era extraño el comportamiendo del mensajero, antes, lo hubiese agarrado y obligado a que le dijiese quien lo había enviado, incluso lo hubiese matado para mandar un mensaje, pero hoy no. No estaba de humor y había prometido no matar a cualquiera que pasase por el camino, solo a quienes serían su alimento.
Volvió a meterse a la casa, cerrando la puerta tras suyo y yendo hacia el amplio living con sillones de cuero, una mesa de centro y una amplia chimenea, muy lujosa y llamativa, típica de ella. Apoyo la pequeña cajita sobre la mesa central y tiró del cordel, retiró la tapa y vio una nota sobre un medallón con una “I” en el centro. Un hermoso medallón de plata cuya letra estaba puesta en oro.
Tomo la nota que estaba allí y la leyó, queriendo saber de quién era semejante regalo, pero lo que decía allí la dejo perpleja.
“Mi pequeña Isobel.
Lamento mucho tener que llegar a ti de esta forma, pero estás en peligro, al igual que todos los que te rodean. Mi deber es protegerte, protegerlas a ambas: a ti y a tu hermosa hija doppelgänger. ¿Quien lo hubiese creído? Recuerda, la familia es primero y tu hija es primero. Siempre te quise y siempre te querré, pese a que recuerde aún lo último que me has dicho esa tarde ultima que nos vimos.
Siempre estaré cuidándote aún si no me ves...
Te quiero mi pequeña y dulce Isobel.
Hillary G. Flemming.”
- ¿Madre?
Es lo único que su ahora quesbrajada voz por culpa de la emoción de leer semejante nota, más notando la letra, era la verdadera letra de su madre, lo sabía, lo sentía pero... ¿Como? Su madre estaba muerta... o al menos eso había sabido..
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