Anteriormente...
"- ¿Quién...Quién..eres?
No podía negar que la mujer era bellísima, tenía esa particular mirada, la cual la reconocía a la perfección pero.. estaba confundido sobre quién era la mujer. Aunque al parecer lo había oído prometer lo que le prometió a Hannah y.. No, no podía ser lo que estaba pasando por su mente. "
- Ordena tus pensamientos, Damon.. puedo oírlos hasta aquí.. Sé que.. es raro que..esté.. así.. -Abriendo los brazos en señal a sí misma.-
- ¿Hannah? - Pregunto confundido, viéndole de arriba abajo. Ella asentó temerosamente.
Damon entrecerró los ojos y frunció un poco la frente, pestaneaba rápido, casi como si estuviese tratando de asimilar lo que oía, lo que esa mujer decía. Era raro, era cierto, pero parecía ella, su forma de decir las cosas, su mirada... esa mirada que tanto lo volvía loco y lo hacía delirar y lo había enamorado alguna vez, esa inocencia y timidez y.. no, no podía ser ella tan diferente.
- De hecho.. -Comenzó a decir la mujer.- Mi nombre original es Hera Thaís Valerious.. Una de las Híbridas Originales. -Presentándose a sí misma.- Nací en Egipto en el siglo 10 antes de Cristo, fui asesinada a finales de ese siglo junto a mi hermana mayor, desde entonces somos lo que somos -Tragando saliva nerviosa.
Realmente era extraño para el hombre oír eso. “La Cura”. Tenía delante suyo a la Cura original por la que había matado a Hannah, pero.. ¡Era Hannah! Eso era lo más extraño aún.
- Entonces.. -Aclarando su garganta.- ¿Tu eres la Cura por la que te mataron? -Pregunto confundido Damon. Ella dio unos pasos hacía él.-
- Podría decirse..no mentí cuando era Hannah y dije que estaba detenida en el tiempo, esa parte era una de mis.. “reencarnaciones” podría decirse.
La mujer se acercó a uno de los troncos que yacía allí caido y se sentó sobre el mismo, le hizo un ademán a Damon para que hiciese los mismo.
Aún parecía algo desconfiado, aún así, accedió y lo hizo. Se sentó a escasos centímetros de ella. Estaban en el medio del bosque, rodeados de las más bellas flores, enredaderas y la naturaleza misma, era como si los protegiese y les diese aquel sitio para que hablasen con la verdad, fuesen honestos, al menos la mujer, luego de tanto tiempo.
- ¿Como es eso posible? -Quería entender aquello que la mujer explicaba. Tenía su mriada sobre ella, como si la escanease con la misma. Sus ojos parecían dilatados y decían miles de cosas que su voz callaba-
- Verás.. - Ella se quedo pensando unos segundos bien que decir y como decirlo sin ser demasiado directa o detallista con algunas cosas.- Hace casi dos milenios alguien... mi hermana condeno a los Travellers que fueron en nuestra contra.. fue “asesinada” por una Daga particular y como somos equivalencias y mellizas.. -Soltó una risita nerviosa.- El impacto también me dio a mi. Caímos en un sueño y ese sueño permitió a nuestras almas tener nuevas oportunidades.
Veía como el rostro del hombre cambiaba de cierta forma a medida que ella hablaba. Entendía que posiblemente era demasiada información para él. Era lógico, no era normal que una persona muriese y resultase ser una reencarnación de otra que ahora estaba allí parada luego de años de “sueño profundo” obligado, claro está.
- Espera.. -Levantó su mano derecha, palma hacía la mujer, como frenándola un segundo. Entrecerró uno de sus ojos.- ¿Reencarnación? ¿Equivalencias? ¿Mellizas? ¿Travellers?.. ¿Eso es todo o...hay algo más?
- Bueno también esta el hecho que bilógicamente somos hijas de la Muerte, pero eso es otro tema, no importa ahora y.. -Decía rapidamente eso útimo, cosa que hizo que Damon la volviese a frenar de la misma forma que antes.-
- Oww oww oww.. Alto... ¿Hija de la Muerte? - Aún más confundido que antes. Ella asentó como si fuese algo normal.- Eso es imposible..
- No. Bueno si, pero no, es complicado de explicar.. -Dudosa.- ¡Pero eso no importa ahora! Lo que importa es que los Travellers que maldijo mi hermana vienen hacía aquí. Quieren destruir su maldición usándome y posiblemente usando doppelgängers.. Stefan, Elena.. todos están en peligros ¡Por eso enviamos los talismanes, los obsequios y las notas!
La mujer se levantó rápidamente de su lugar y camino unos pasos queriendo calmar su ímpetu. AL fin hacía llegado al punto que realmente quería decir. Damon solo se limitaba a seguirle con la mirada.
- ¡Espera un segundo! -Saltó la voz fuerte del Salvatore. La mujer fijo su vista en él, expectante.- El ÚNICO que lastimará a Stefan seré yo, nadie más.. -Haciendo énfasis en “unico”.-
- Si, si, lo sé.. Le prometiste una eternidad de miseria y dorlor y sufrimientos y todo eso pero.. -Decía de manera rápida y nerviosa, volvió la vista al hombre, el cual tenía el entrecejo fruncido y casi como si pareciese divertido al verla así.- Lo siento.. me.. fui del tema.
- No te preocupes.. -Simplemente dijo con ladeando un pequeña sonrisa.-
- Ya..ya se hizo tarde.. -Dijo la mujer corriendo la vista del hombre, para ver el alrededor, ya con poca luz directa.
Ninguno de los dos lo había notado, pero el tiempo había pasado demasiado rápido estando allí, aún había luz solar, sí, pero ya no tanta. El que dijo que el tiempo pasa volando cuando estás con alguien pasando un buen momento, estaba en lo correcto.
Pese a todo, estaban pasando un buen momento. Sin mágia, sin compulsión, solo la verdad, y Hera estaba siendo más honesta que nunca antes en sus vidas.
Damon levantó su muñeca derecha y miró en el reloj la hora. Era cierto, el tiempo había pasado demasiado pronto, el hombre se levantó de donde estaba y dio un par de pasos.
- Cierto.. ya..me iré - Simplemente dijo. Ella lo dejaba irse, pero quería evitar que dijiese lo que paso y antes de hacerlo se le apareció delante suyo, bloqueándole el paso- ¿Qué?
- Te suplico que no digas lo que te he contado.. -Pedía ella, él solo asentó.-
- Te doy mi palabra.. Hannah. -Firme en su palabra. Ella suspiro y le dedico una sonrisa tierna.-
- Confía en tu palabra. -Replico ella, haciendo una leve pausa. Para luego proseguir.- Pero no creo en el resto y en lo que pueda hacerte para obligarte a hablar..
La mujer tomo la mano del hombre y la entrelazó con la propia. Ambos bajaron sus vistas hacía las misma. Ella acariciaba la mano de forma dulce y cariñosa.
Damon levantó la vista hacía la mujer, relamio sus labios casi con deseo y ansias de querer besarle.. Apenas parecía conocerla y la deseaba, pero sabía que era ella y la deseaba.. ¿Que cosa extraña, no?
- No te lo quites nunca..-Susurró la Hera para luego levantar su vista hacía el hombre y fundirse en esos ojos azulmarinos que la ponían nerviosa y la hacían dudar sobre algo.- Pero por precaución.. -Empezó a decir. Damon entrecerró uno de sus ojos medio desconfiado, ella fijó sus ojos chocolates en los de él y prácticamente en un susurro dijo.- No le dirás a nadie lo que te he contado. No permitirás que el talismán de tu mano. Tu lengua esta atada y no puedes hablar sobre mi, nosotros.
- No puedo hablar sobre.. -Empezó a repetir el hombre casi de manera inconsciente, pero el dedo indice de la mujer se poso en sus labios, acallándolo.-
- No lo harás.. a menos que yo sea la primera en decirlo. -Termino la frase, soltó su labio y paso por su lado yéndose caminando como si nada.
Damon pestaneó un par de veces rápido, como volviendo en sí. Ladeó el rostro rápidamente para todos lados, queriendo ver donde se había metido su acompañante, pero no estaba allí. Y eso le llamó la atención. Frunció el entrecejo y entrecerró los ojos, confuso. Luego alsó ambas ceja y se fue por el camino por el cual había llegado hasta allí, pensando en lo que había oído, en lo que había sucedido allí.
Como las horas habían pasado, una vez que todo el tema fue aclarado en la Mansión Salvatore. Isobel salió de la misma llevando consigo su bolso, en el cual llevaba todo lo que había traído de su madre.. excepto su talismán.
Estando a varias cuadras de su nuevo hogar se dio cuenta de ello... pero ya era muy tarde. De pronto.. un terrible jaqueca invadió la cabeza de la mujer, pero no era una normal, eran como miles de punzadas en su cabeza y cuerpo, la debilitaban, la hicieron caer de rodillas, mientas ella se sostenía la cabeza con ambas manos, casi como cubriéndose de algo invisible, gritando y gimiendo del dolor.
Era un hechizo Traveller lo que causaba ello. Varios de ellos rodearon a la media vampiresa y la debilitaron hasta que la mujer cayó al suelo, abatida, perdiendo el conocimiento debido al dolor insoportable de ello.
- Llévenla a donde acordamos.. -Ordeno la voz con un tenue asentó de una mujer.
Los Travellers obedecieron, no sin antes atar a la vampiresa con cuerdas empapadas de verbena y con un hechizo particular creado por la mujer que les había ordenado anteriormente. Suponía que nadie podría romper aquello..suponía..
Llevaron como pudieron a la mujer atada, casi como un peso muerto y la dejaron en un sitio del bosque, más cercano a la ciudad.
Pusieron cinco velas alrededor de donde se hallaba la mujer caida, formando una especie de circulo a su alrededor, uno en el cual la única persona que podría ingresar sería la que los estaba mandando.
Dicha mujer, tomó su móvil y mando un mensaje a alguien en Withmore. «Isobel esta en el sitio marcado, seguro que ella irá tras ella, ¿Seguro que quieres seguir con el plan?»
Espero unos segundos, pensativa, alguna vez creyó que nadie pod´ria ayudarle con esa idea extraña que había poseído alguna vez contra su propia sangre y lo que había creado. Pero ahora.. estaba segura que podría liberar a la humanidad de semejante enfermedad, de semejantes caos, de semejante.. El móvil vibró, la mujer levantó nuevamente el mismo y leyó el mensaje, era simple y solo una palabra había allí.. «Completamente.. »
La desconocida suspiró pesado y se giró en dirección a su lugar de espera para el ataque..
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