miércoles, 29 de octubre de 2014

Advertencia

 Una vez solos en la oficina, Luna solo se quedo en silencio contemplando a su enemigo, frente a frente. Siquiera volaba una alimaña en los alrededores, el silencio parecía incluso sepulcral. Charles no soportó mas eso dio un par de pasos lejos de la mujer, la cual le siguió con la mirada, divertida y atenta, descubriendo posibles movimientos de su enemigo. Pero eso no quitaba que la mujer se dirigiese hacía el escritorio y se sentase sobre el mismo, como si fuese una niña esperando algo de alguno de sus padres.



- ¿Qué es lo que quieres aquí, Luna? - Pregunto el hombre mientras se giraba hacía ella y se sorprendía a como estaba y donde estaba sentada.-

- Tu.. -Señalándolo con el dedo índice de su mano derecha, el cual lo bajo rápidamente.- y yo tenemos asuntos que discutir, Abraxas..

- No tenemos nada que discutir -Respondió el hombre seriamente.- Querida..-Denotando ironía en su tono.-

- Oh vamos.. -Comenzó a decir la mujer para luego soltar una pequeña risa irónica. Acto seguido dejo solo su sonrisa amplia, demostrando lo mismo que su risa.- ¿Tratas de matar a mi hermana y crees que puedes salirte con la tuya, Abraxas? Que poco me conoces.. -Rodando los ojos.-

- Ya me mataste, Luna..No una. Sino DOS -Elevando la voz y haciendo el número con sus dedos índice y medio de la mano izquierda. Los cuales los bajo rápidamente.- veces en casi 20 siglos.

- Oh claro.. y tu nos trataste de matar unas.. -Contando con la mano de forma irónica.- ¡Quinientas cincuenta y cuatro veces! Si mal no recuerdo y.. Oh, espera..-Volviéndose seria.- Si me mataste.. ¡Dos veces!. Pero claro eran vidas humanas, no real yo, así que ESO no cuenta..

- Tú nos condenaste, Luna. Te mereces lo que te ha pasado estos últimos siglos..- Réplico el hombre casi escupiendo las palabras, el dolor y la pena lo agobiaban.

Fue entonces cuando cuando Luna soltó otra risa, pero esta vez no era irónica sino que parecía una mezcla de dolor y furia y.. ¿Que más podría haber en ella? Bajo la mirada y de una forma veloz, casi como la hiper velocidad que usaban los vampiros, pero aún más rápido se poso tras de él, tomando del cabello y tirándolo hacía atrás.
Él trato de soltarse del agarré, forcejeó durante unos segundos, pero, era humano ahora, estaba en un cuerpo normal. Muchas probabilidades no tenía contra una híbrida de tres milenios de vida.
La, aparente joven mujer, tiró un poco de la cabeza de su victima hacía atrás mientras acercaba sus labios a su oído.
Abraxas podía oírla respirar junto al mismo, y sabía que ella podía sentir su corazón latir. Ese acercamiento lo hizo recordar algo que hacía siglos no recordaba ni mucho menos sentía, mas que odio y ansias de matarla.

- Voy a darte una sola advertencia, mi querido Abraxas.. -Susurró la mujer en la cercanía. Su voz era fría, tenue pero firme.- No creas que vas a poder con nosotras, sigue con tu intento de destruirnos y créeme que una simple maldición como la que ya tienes, será el menor de tus problemas.. -Advertía la mujer, hizo una leve pausa.- Te haré pagar todas y cada una de las que nos has hecho, pero sobretodo te haré pagar que hayas usado lo que MÁS amabamos en nuestra contra.

Casi se podía sentir el odio y la furia en la tenue voz de la mujer. Pero no se quedo allí..Acto seguido de su advertencia, la mujer hizo un ademán hacía el escritorio y como consecuente, el abrecartas que estaba allí fue directo a su mano, la cual lo incrusto al costado derecho del hombre, el cual apreto sus ojos firmemente, queriendo contener un gemido de dolor al ser atravesado en ese costado. Ella lo oprimió un poco mas dentro, y solo ahí pudo oír un pequeño quejido de dolor y sentir el olor de la sangre de aquel frágil cuerpo humano.
Mientras lo mantenía precionado, volvió a susurrarle en el oído.

- Créeme cuando te digo que si te veo tratando de herirnos de nuevo a mi familia y a mi, yo misma te llevo al Infierno a pagar tu penitencia para toda la eternidad.

Dicho esto, la mujer desapareció en una bruma violeta, dejando al hombre solo allí, el cual, cayó de rodillas al suelo, rápidamente se quito la pequeña y afilada navaja de su costado y la dejo caer como si no importase. Presionó la herida y murmuró un hechizo Ttraveller para curarse rápidamente.

Él sabía que esto era advertencia nada mas, pero, tampoco se daría por vencido tan fácilmente y menos ante esa bruja. Tenía cosas que arreglar entre ellos y ya llegaría el tiempo en que lo hicieran. Aunque también sabía que ella no se daría por vencida y tal como dijo, no le perdonaría jamás haber usado el truco que uso para conseguir condenarla a un infienro personal. Su error, del cual, no se arrepentía ya que habia sido su única forma de traerlas, a ambas a su trampa y ver por si mismo de qué eran capaces cuando lo que amaban estaba en peligro.


Mientras, un auto de color azulado ingresaba al pueblo de Mystic Falls, la mujer que iba allí lo hacía con precaución de no chocar o no ser vista incluso. Manejo durante un par de minutos y luego se detuvo en el Grill, del cual, Matt y Jeremy salían, ya que era su hora de descanso.

- Disculpen.. - Llamo la atención una joven mujer de unos ojos chocolates, cabello negro azabache recogido en una coleta.- ¿Podrían ayudarme? - Pregunto dudosa. Ambos jóvenes se miraron entre sí y asentaron.-

- Seguro.. ¿Que necesita? - Preguntaba Matt acercándose a la joven.-

- Me estoy mudando y estoy perdida. -Respondía ella con un poco de timidez, soltando una risita nerviosa..- Busco la calle Clarems Street al 800 y no se exactamente para donde ir.
- Claro.. -Respondía Jeremy con una tenue sonrisa cordial.- Debe seguir unas tres cuadras cuesta arriba y doblar a la derecha, sigue dos cuadras, allí esta a la altura que buscas. -Decía a medida que indicaba con su mano a donde ir.-

- Oh.. muchísimas gracias. -Replicaba ella con una sonrisa dulce y tenue.-

- ¿Y usted es? -Preguntaba el joven Quaterback, quién había aprendido a desconfiar de todo nuevo o desconocido.-

- Lo siento, no me presente. -Comenzó a decir ella tímidamente.- Tiara, Tiara Black, un placer. -Respondió la joven no quitando su sonrisa en ningún momento.-

- Bienvenida a Mystic Falls, Tiara. -Dijo cordialmente Jeremy-

- Muchas Gracias, chicos. -La joven miró su relog y se dió cuenta que estaba llegando- Ya debo irme.. espero verlos luego.. Emm.. -Queriendo decir sus nombres pero no los sabía.-

- Jeremy -Señalándose a sí mismo.- y él es mi amigo Matt -Señalándo al rubio.-

- Entonces nos veremos pronto, Jeremy y Matt -Replico ella.-

- Cualquier cosa, buscanos aquí en el Grill -Haciéndole una seña con la mirada hacía el edificio que estaba tras ellos. Ella asentó.-

- Entonces así será.. Hasta luego..

La joven mujer se despidió de ellos con la mano y volvió a subirse a su auto, el cual puso en marcha y fue hacía donde le indicaron. Jeremy no la perdió de vista ni un segundo hasta que doblo en la cuadra que le dijo y ahí, obligadamente la perdió de vista.
Por alguna razón sentía algo raro con respecto a esa mujer. Su instinto de cazador le decía una cosa y su mente le decía algo diferente. Parecía tildado, ido.
Matt también se quedo viendo como se iba el auto y luego lo perdía de vista. Luego paso la vista a su amigo que estaba extraño y le dio un suave golpe en el abdomen, como para traerlo de nuevo de la otra galaxia donde parecía estar. El joven Gilbert lo miró confundido.

- ¿Que pasa? - Preguno Matt una vez que su amigo lo miró.-

- Nada. -Encogiéndose de hombros.-

- Presentiste algo, ¿No? - Pregunto ya que le conocía algo de su rostro cuando sentía un ser sobrenatural con su instinto.- ¿Vampiro o qué?

- Ese es el problema.. -El rubio no entendió.- No se exactamente que és, pero algo és..

Realmente el joven Gilbert no podía distinguir si era una bruja, vampiro, licantropa o qué era realmente. Nunca su sentido de caza había estado tan nublado o.. aturdido de esa forma. El ser una cazador lo había dotado de habilidades para poder distinguir a su verdadera presa: vampiros, luego de ello al resto de los sobrenaturales, ¿Pero con esta mujer a la que recién conoce? Simplemente no podía distinguirlo.
La ahora reconocida Tiara Black, luego de unos minutos de viaje hasta la casa donde viviría, aún no segura de con quién viviría allí, llego a la dirección correspondiente. Una pequeña casa de una planta, mas bien un chalet moderno de una planta sola. Un jardín delantero y entrada de garage al costado.
Había una figura parada en la puerta del chalet amarronado con techo violasio. Al verle, la joven Tiara sonrió de soslaya y rodó los ojos divertida. “cuando no” pensó para sí. Aparcó el auto en la entrada de Garage, detrás del otro auto que yacía aparcado allí.

- Te tardaste un poco en llegar -Reprochaba desde la puerta de entrada, con los brazos cruzados, una jovencilla de cabellos casi cobrizos, ojos avellana con azulados y apariencia de una joven de unos..20 y tantos años.-

- Lo siento.. -Decía Tiara bajando del auto en el cual venía.- No sabía bien donde quedaba esta calle, tuve que detenerme a preguntar. -Mientras se encaminaba hacía la joven y le daba un beso en la mejilla.-

- Un hechizo localizador hubiese sido de mas ayuda, madre. -Replico la jovencilla encogiéndose de hombros, a lo que la, ahora reconocida como su madre, enarco una ceja divertida. La joven se echo a reír.- No me mires así. Es verdad.

- Sin magia, hasta que sea necesario, Torie. -Tratando de estar seria pero suelta una risita luego de decir ello.- Ahora adentro que debo desempacar..

Le hizo un ademán con la cabeza para ingresase y la joven rodó la cabeza e ingresó. Es cierto, no había sacado nada del auto, pero de alguna forma, los dos bolsos que había traido consigo estaban esperándola dentro de la casa, mas precisamente en la puerta de entrada de la que sería su habitación.
Se instalaría rápidamente allí, junto a su hija. Debían ser precabidas y mantenerse atentas. No llamar demasiado la atención y por sobretodo.. Tiara trataría de evitar a una sola persona más que a nadie..


[Casa de Tiara y Torie Black]

No hay comentarios:

Publicar un comentario